Las adicciones no tóxicas tienen menos repercusión social que las tóxicas

Durante la charla Consuelo quiso dejar claro que aquello que define a una adicción no es tanto la sustancia el objeto o el acto al que se es adicto, sino la conducta, es decir, la relación que el sujeto establece con esa sustancia, objeto o acción. “Un adicto a las compras no es menos adicto que uno que lo es a la cocaína”, comentaba Consuelo. Dentro de las adicciones no tóxicas las más frecuentes son la adicción al juego (bingo, casinos, apuestas online…), a Internet y al teléfono móvil. Pero también hay quien es adicto a las compras, a practicar deporte, a la comida o a las operaciones de cirugía estética.

“El principal problema a la hora de tratar estas patologías es que la sociedad no las considera enfermedades al mismo nivel que la adicción a las drogas o el alcoholismo. Son considerados como vicios y no como enfermedades, que es lo que son”, argumentaba Consuelo. Y añadía: “además son adicciones silenciosas, que suelen quedarse en el seno de la familia, no se ven y además no acarrean grandes gastos sanitarios ni alteraciones del orden público, por ejemplo. Y esto hace que se les preste mucha menos atención de la que requieren”.