Muchas personas desconocen que, determinadas actividades que realizan, pueden convertirse en adictivas, porque cada vez las llevan a cabo con mayor frecuencia e invirtien cantidades mayores de dinero y, son conductas que acaban dominando su vida, sin que puedan controlarlas.
La ludopatía es una de las conductas adictivas de las que más información hay en nuestra Sociedad. Sin embargo, son múltiples las adicciones comportamentales, también llamadas, adicciones no tóxicas. El sexo, la comida, el uso del móvil, el culto excesivo al cuerpo (vigorexia), conexión a las redes sociales el deporte, etc., en algunas personas, son problemas adictivos que no pueden controlar cuando sienten el impulso de comer, utilizar el móvil…, a pesar de los graves problemas que les generan.
Podemos concluir que, cualquier actividad que, pese a las consecuencias negativas (deudas. mentiras, problemas familiares…), se realiza sin poder controlar el impulso, y se lleva a cabo cada vez con mayor frecuencia y/o invirtiendo más dinero, perdiendo el interés en otras actividades que antes sí proporcionaban satisfacción, son conductas en las que se produce una dependencia emocional, que precisa de un tratamiento psicológico.
Ejemplos de conductas adictivas son, entre otras, la adicción al sexo, a la comida, a los móviles, a los videojuegos, al trabajo, los tratamientos de estética, la ludopatía… Las personas que presentan alguna de estas adicciones no tóxicas, no las realizan porque disfruten, sino fundamentalmente, porque cuando nos las hacen, les falta algo y se sienten nerviosos o irritables y, ocupan la mayor parte de su tiempo, pensando o poniendo en práctica esas comportamientos.
Consuelo Tomás Benlloch. Psicóloga y Responsable del Instituto Valenciano de Ludopatía y Adicciones no Tóxicas.
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