Cuando una persona tienen problemas con la adicción al juego o ludopatía, el problema repercute tanto, en la persona afectada como, en su entorno y, por tanto, la familia se ve alterada Problemas económicos, falta de confianza, discusiones, mentiras…son consecuencias que deterioran las relaciones familiares, a la vez, que la familia se siente impotente y desconcertada porque no saben qué hacer o si lo que hacen es adecuado.
El impacto del juego patológico o ludopatía en la familia puede variar dependiendo de la posición que tenga el jugador en la familia, pero, de hecho siempre se da un profundo efecto sobre a unidad familiar.
Por tanto, para poder ayudar las personas con problemas de juego, es necesario que la familia, tenga en consideración los siguientes aspectos:
1. Admitir que se trata de un trastorno psicológico, dentro de las conductas adictivas, que tratado adecuadamente tiene solución.
2. El deseo de ayuda ha de ser profundamente sincero y va a exigir un gran esfuerzo.
3. Es preciso un cambio de actitud que se ha mantenido hasta el momento y que no ha producido los resultados esperados.
4. Todo, ello bajo la supevisión y asesoramiento psicológico de profesionales expertos en la materia.
Sabemos que es muy difícil vivir en continuo desasosiego e inquietud y ver cómo un ser querido está destruyéndose y rompiendo el núcleo familiar, y al mismo tiempo, conservar toda la serenidad y claridad de juicio. Por tanto, uno de los objetivos terapéuticos es la implicación de la familia en el proceso de terapia para conseguir la mejora de la convivencia familiar y favorecer el aprendizaje de estrategias que permitan el mantenimiento del nuevo estilo de vida de la persona con problemas de ludopatía.
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