La adicción a comida es una conducta adictiva que hace que las personas que la padecen no puedan parar de comer, pese a todos los problemas que les está generando de todo tipo (obesidad, hipertensión, baja autoestima, ansiedad, depresión…)
La adicción a la comida se caracteriza por tener la conducta de alimentación fuera de control. Entre los síntomas que nos alertan de que podemos tener una adicción a la comida, destacan los siguientes:
- Presencia de atracones sin control.
- Cada vez son mayores las cantidades de alimentos que se ingieren
- Se utiliza la comida para aliviar los estados ánimo disfóricos (depresión, tristeza, ansiedad, baja autoestima…)
- Culpabilidad y vergüenza después de haber ingerido los alimentos.
- Los alimentos ingeridos son altamente calóricos y grasos.
- Se come en solitario o a escondidas.
- La forma en que se come afecta negativamente a las relaciones personales, al trabajo o forma de vida.
- Se oculta y miente acerca de las cantidades de alimentos. Resulta cada vez más difícil dejar de comer a pesar de no tener hambre o sentirte lleno.
- Se continúa comiendo alimentos a pesar de los problemas para la salud y de otros tipos.
En la adicción a la comida, al igual que sucede en el resto de adicciones, hay múltiples factores que están relacionados con el inicio y mantenimiento de esta conducta adictiva.
Un de los factores más comunes en la mayor parte de personas con adicción a la comida, se relaciona con los estados negativos (depresión, ansiedad, insatisfacción…). Estas personas utilizan la ingesta de comida para paliar y/o disminuir su ansiedad, malhumor, aburrimiento… Aunque, posteriormente, como resultado de la gran cantidad de alimentos que consumen, se sientan culpables y deprimidos. Pero lejos, de dejar de comer, continúan haciéndolo para disminuir, de nuevo, el malestar generado por haber comido. De esta forma, entran en un círculo vicioso o espiral que precisa de ayuda de un tratamiento psicológico especializado para superar el problema.
Si ud. mismo o algún familiar suyo presenta algunos de estos síntomas es importante, en primer lugar, que reconozca que tiene un problema y, lejos de avergonzarse, busque ayuda profesional para aprender a controlar el impulso a comer y abordar terapéuticamente todos aquellos factores que contribuyen al origen y mantenimiento del problema.
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