Actualmente, pese a lo que podamos pensar, son muchas las personas que recurren a la consulta de tarotistas o videntes. En estos casos, buscan a alguien que les indique qué decisiones deben tomar en diferentes ámbitos de su vidas, les ponga en contacto con seres queridos que han fallecido…o, a través de rituales o conjuros conseguir curarse de una enfermedad, que su pareja no les abandone o vuelva después de la ruptura, etc. Sin embargo, consultar el tarot u otras fuentes de adivinación se convierte en una adicción para muchas personas.

       Cuando la consulta del tarot u otras fuentes de adivinación se convierte en una adicción, las personas que padecen esta conducta adictiva son incapaces de controlar el dinero y tiempo que invierten buscando resolver sus dudas o que les indiquen qué decisiones tomar. Como en otras conductas adictivas, es frecuente que no se reconozca el problema y, cuando lo descubre familiares o allegados, se tiende a negarlo o quitarle importancia.

            Es frecuente, que las personas «enganchadas» al tarot u otras formas de adivinación, oculten a su entorno su grado de implicación en estas prácticas. Como es obvio, la economía se resiente gravemente. Es más, con  tal de continuar consultando a videntes y tarotistas se gasta el dinero que se necesita para pagar otras cosas, llegando a pedir préstamos a financieras de créditos rápidos o a familiares y amigos. Cuando se pide el dinero prestado, se hace a escondidas de los familiares más allegados, por ejemplo, la pareja. Si el dinero para poder llamar o acudir a tarotistas o videntes, se pide a familiares, se utilizan todo tipo de excusas y mentiras con el propósito de conseguirlo (que ese mes no le han pagado la  nómina, que han tenido que pagar una reparación importante…)

               El adicción al tarot es muy perjudicial no solo por la parte económica, sino porque decisiones, desde las más triviales a las más complicadas, las dejan en manos de tarotistas o videntes. Pensemos que aspectos tan importantes como la salud, un cambio de trabajo, encontrar pareja o romper una relación… las delegan en manos de terceras personas sin ningún tipo de preparación cualificada para poder asesorar en tales temas. Todo ello,  compromete el bienestar y la vida de estas personas o sus allegados.

         Cuando la consultas de tarotistas o videntes se convierte en una adicción, se genera tal grado de dependencia que, las personas adictas al tarot son incapaces de tomar sus propias decisiones. En estos casos, aparece la inseguridad, baja autoestima, el miedo a afrontar por si mism@s sus retos en la vida… En definitiva, se convierten en personas completamente dependientes y pasivas.

              Las personas con adicción al tarot o videntes no pueden dejar de consultarlos, aunque se lo propongan y sienten ansiedad, angustia…si ante cualquier duda o situación de su vida que les causa incetidumbre (amor, trabajo, relaciones sociales y familiates, dinero, salud…) no pueden recurrir a tarotistas o videntes.

            Las personas «enganchadas» al tarot no solo depositan sus decisiones en las manos de estos ¿»pseudoprofesionales»?, sino que ante determinadas situaciones buscan explicaciones que les hagan menos dolorosas determinadas situaciones. Ahora bien, esta forma de evadir su realidad, les impide adoptar estrategias que les permitan  afrontar y solucionar su realidad de forma adecuada. Por ejemplo. a nuestra consulta han acudido pacientes que se han arruinado recurriendo a videntes porque su pareja les ha sido infiel y ha roto la relación para irse a convivir con otra persona. Sin embargo, en lugar de poder elaborar el duelo que supone la ruptura con la pareja, han consultado a videntes que les han dicho que su pareja les quiere pero que la tercera persona le ha hecho un «amarre» y para que vuelva y romper ese «amarre» les tienen que pagar ese «trabajo» y, de esta forma recuperaran a su pareja. ¡Sin comentarios… Increíble pero cierto!

            Podemos concluir afirmando que las personas adictas al tarot dejan de utilizar estrategias de afrontamiento adecuadas, dejando de tomar decisiones por si mism@s y depositando en manos de terceras personas (videntes y tarotistas) cuestiones vitales, arriesgando su salud física y emocional.

                      Es fundamental que la persona afectada por la adicción al tarot reciba ayuda psicológica especializada para aprender a controlar la necesidad de consultar a videntes y taroristas y abordar terapéuticamente todos los factores que, directa o indirectamente, están relacionados con el inicio y mantenimiento de esta adicción, adaptando el tratamiento en función de las necesidades de cada persona.

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