A pesar de que el uso de las Redes Sociales está ampliamente extendido en la sociedad actual y, para la mayoría de las personas, su empleo se ha convertido en algo cotidiano, según los últimos datos arrojados por el V Estudio de Salud y Vida, un gran porcentaje de los usuarios de las mismas opina que la influencia de las redes sociales sobre su salud emocional es negativa. Concretamente, el 44% de los usuarios, afirman que su uso tiene un impacto negativo o muy negativo sobre su salud emocional, frente al 14% que opina lo contrario. Los datos ascienden al 55% si hablamos de la influencia negativa que las redes tienen en los hombres, mientras que tan solo un 35,1% de las mujeres piensan que las mismas, afectan negativamente a su salud emocional. Respecto a la edad, más de la mitad de la población desde los 26 a los 40 años piensan que las redes sociales tienen efectos negativos sobre su salud emocional, entre otros, afirman sufrir problemas de autoestima tras su uso en un 23% de los casos, trastornos de sueño (en un 11% de los casos), depresión y ansiedad o dependencia de las mismas (en un 12% de casos)

EFECTO FOMO

A pesar de estos datos, la especialista en el tema, Consuelo Tomás, y directora del Instituto Valenciano de Ludopatía y Adicciones no Tóxicas, afirma que no debemos demonizar las redes sociales, pues su influencia negativa depende del empleo que se haga de las mismas, así como de la correcta gestión del tiempo de uso y de la capacidad de autocontrol a este respecto.

En este sentido, el conocido como efecto Fomo, nos acerca esta realidad, en la que la persona comienza a experimentar síntomas de ansiedad o irritabilidad, por el simple hecho de no poder acceder a las redes y tener la sensación de que “se está perdiendo algo”.

A este respecto, una buena gestión del tiempo de empleo y un uso responsable y consciente de las mismas, entendiendo que están a nuestro servicio y que somos las personas las que debemos controlar su empleo, puede marcar la diferencia y evitar problemas que, a largo plazo, conllevan un impacto negativo sobre nuestro bienestar emocional y nuestra salud mental.

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