El número de personas con problemas de adicción a la comida está aumentando considerablemente en las últimas décadas. Basta salir a la calle, para comprobar que, cada vez, hay más personas obesas y, este fenómeno, abarca todas las edades.
Tanto en adultos como en niños, la comida se convierte en una fuente de placer por si misma que, en ocasiones, se utiliza para aliviar estados emocionales negativos (nerviosismo, tristeza, falta de seguridad, etc.) y, que en algunos casos, la comida escapa al control de las personas y se convierte en un problema adictivo.
Preguntas que nos podemos plantear para saber si algún familiar, conocido o nosotros mismos, padecemos o estamos en riesgo de padecer la adicción a la comida, son las siguientes:
– ¿Le resulta cada vez más difícil dejar de comer a pesar de no tener hambre o sentirse lleno?
– ¿Ya no puede controlar la cantidad o tipo de alimentos que ingiere?
– ¿Cada vez son mayores las cantidades de comida que ingiere, sobre todo de alimentos con exceso de azúcares o grasas y/o comida «basura»?
– ¿Está aumentando de peso y no consigue perderlo?
– ¿La forma en que come afecta a sus relaciones personales, al trabajo o forma de vida?
– ¿La comida ocupa una parte importante de su tiempo, porque dedica gran parte del día a comer o sus pensamientos giran continuamente en aspectos relacionados con la comida?
– ¿Utiliza la comida para aliviar sus estados de ánimo negativos (tristeza, tensión, enfado…)?
– ¿Utiliza el vómito o laxantes para contrarrestar el exceso de comida que consume?
-¿Come a escondidas?
– ¿Se siente culpable después de haber comido?
-¿Continúa comiendo alimentos a pesar de que le perjudican debido al exceso de cantidad, o porque son perjudiciales para ud. (p.ej., tomar azúcares a pesar de ser diabético o comes determinados alimentos que no debería a pesar de ser presentar una intolerancia?
El tratamiento de la adicción a la comida se centra en dos aspectos básicos: por un lado, que la persona aprenda a controlar la cantidad y calidad de los alimentos que consume y, por otra parte, es necesario trabajar con los problemas de base (depresión, baja autoestima, problemas de relación social…), relacionados con dicha conducta adictiva.
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