Las adicciones son un fenómeno que, desgraciadamente, forman parte de nuestra sociedad. Tabaco, alcohol, porros, cocaína, ansiolíticos… son consumidas por jóvenes y adultos, convirtiéndose en una verdadera lacra. Sin embargo, no solo las adicciones se limitan al consumo de sustancias, sino también a determinadas actividades o uso de aparatos tecnológicos que en el caso de algunas personas,  han perdido el control. En este caso, hablamos de las adicciones no tóxicas o comportamentales.

          Conductas como apostar en el juego, comprar, mantener relaciones sexuales, comer, practicar deporte, uso de Internet, del móvil, videojuegos… pueden constituir comportamientos adictivos con consecuencias muy graves en todas las áreas de vida de la persona (personal, familiar, social, laboral o académica, económica, etc).

         Podemos definir las adicciones no tóxicas  o comportamentales como las adicciones en las que una persona establece una relación de dependencia y pérdida de control con determinadas conductas (compras, trabajo, sexo, comer…) o el uso de determinados aparatos tecnológicos (Internet, móvil…), etc. a pesar de los problemas y conflictos  que surgen, junto con una pérdida de interés en otras actividades e inquietudes de su vida.

           Las adicciones no tóxicas o comportamentales, al igual que con el resto de adicciones,  se caracterizan por un:

       Fenómeno de tolerancia: Inicialmente, se utiliza el juego, compras, deporte, uso de Internet, móvil…como una forma de pasar el rato, de distraerse, de comunicarse con otras personas…En otros casos,  pueden utilizarse como una forma de evitar determinados estados emocionales negativos (aburrimiento, ansiedad, depresión)… Con el paso del tiempo, esta conducta no se puede parar ni controlar aumentando la cantidad de tiempo y/o dinero que se invierte. Todo ello, da lugar a la aparición de múltiples problemas familiares, económicos, de rendimiento laboral o escolar, etc.

      Síndrome de abstinencia: Es un estado emocional negativo (ansiedad, excitación, etc.) y/o efectos físicos  que aparecen cuando a la persona se le interrumpe o  no puede realizar dichas conductas (hablar por el móvil, conectarse a Internet, comer, comprar…). Es lo que comúnmente conocemos como “mono”.

          En definitiva, las personas con adicciones no tóxicas o comportamentales:

– Experimentan pérdida de control

– Tienen una dependencia psicológica.

– Continúan su actividad pese la consecuencias negativas

– Cada vez invierten más tiempo o dinero  en estas actividades (ludopatía, adicción al móvil, al sexo, compras compulsivas…

– Pueden padecer un  síndrome de abstinencia.

–  Pierden el interés  por otras actividades satisfactorias en su vida.

– Aparecen conflictos y problemas con ellos mismos y su entorno (familia, trabajo, escuela, gastos, tiempo de ocio…)

           La ludopatía o adicción al juego es una de las más conocidas pero, como estamos comentando, otro tipo de conductas o uso de las tecnologías pueden ser conductas adictivas.  La adicción al sexo, a las compras (compras compulsivas), adicción al deporte, adicción al móvil, adicción a las redes sociales, adicción a los videojuegos, dependencia emocional (codependencia)… son algunas de las adicciones no tóxicas o comportamentales que requieren de un tratamiento psicológico especializado para  solucionar estos comportamientos adictivos.

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