La ludopatía es un trastorno de falta de control de impulsos que impide que las personas que la padecen puedan resistir su impulso a jugar, a pesar de los graves problemas que les genera (problemas económicos, personales y familiares…)
Las relaciones familiares se ven directamente afectadas porque las personas con ludopatía o adictas al juego dicen muchísimas mentiras para ocultar y quitar importancia a su problema. Ello hace que la familia no detecte el problema en las fases iniciales, y se sientan culpables por no haberse dado cuenta antes.
Es fundamental que los familiares no se sientan culpables porque ellos no son responsables de la situación y comprendan que estamos ante una conducta adictiva, que con un tratamiento psicológico especializado, tiene solución.
El impacto de la ludopatía o adicción al juego en la familia puede variar dependiendo de la posición que tenga el jugador en la familia (pareja, padres, hijo, etc), pero de hecho se provoca un fuerte impacto sobre la unidad familiar. Por este motivo, uno de los objetivos terapeúticos es la implicación de la familia en el proceso de terapia para conseguir la mejora de la convivencia familiar y favorecer el aprendizaje de estrategias que permitan el mantenimiento del nuevo estilo de vida del jugador.
Consuelo Tomás Benlloch. Responsable y Psicóloga del Instituto Valenciano de Ludopatía y Adicciones no Tóxicas.
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