Cada vez más, en esta Sociedad, la publicidad, cánones estéticos…hacen que la imagen se convierta en un elemento crucial para muchas personas, hasta el punto de convertirse en un problema psicólogico que no pueden controlar: la adicción a tratamientos e intervenciones de estética.
Las personas adictas a tratamientos e intervenciones de estética pasan la mayor parte del día, acudiendo o consultando clínicas de estética, leyendo o comprando todo tipo de productos para mantenerse jóvenes y, no pueden soportar la más mínima arruga, michelín, flacidez…en su cuerpo.
Si bien es cierto, que todos nos cuidamos para mantener una buena apariencia y salud. es importante que nos demos cuenta que hay límites que pueden convertir el cuidado de nuestra imagen en una obsesión que, en algunos casos, como ya hemos comentado, deriva en un problema adictivo. Es importante que los tratamientos e intervencíones de estética no sean el único eje central de nuestras vidas y que, aprendamos a valorarnos a nosotros mismos y a los demás, no solo por la apariencia física, sino por otras muchas cualidades (honestidad, responsabilidad, solidaridad, esfuerzo…). Buscar satisfacción en otras actividades (leer, pasear. quedar con amigos…) son actividades necesarias que contribuyen a mejorar nuestra autoestima y favorecen que no dependamos exclusivamente de nuestra imagen para sentirnos felices.
Consuelo Tomás Benlloch. Psicóloga y Responsable del Instituto Valenciano de Ludopatía y Adicciones no Tóxicas.
esta bastante claro y ademas tienes toda la razon, pero la presion social es muy fuerte porque al fin y al cabo es un gran negocio