Se va aproximando el verano y, ya son muchas las personas que están pensando o, ya están intentando quitarse los quilos que les sobran y moldear su figura. Todo ello alentado por la masiva publicidad, ofreciendo una gran oferta de productos y tratamientos que presentan modelos con cuerpos esculturales.
Si la publicidad, es uno de los factores que incentiva que las personas se gasten muchísimo dinero en tratamientos, intervenciones y productos de estética, también existen otros factores que contribuyen a que las personas quieran tener un cuerpo perfecto. La baja autoestima y los estados emocionales negativos (insatisfacción, ansiedad, depresión…) influyen para que las personas busquen sentirse bien, utilizando los tratamientos y productos de estética como una salida para encontrarse a gusto con ellos mismos y que los demás les valoren.
La excesiva utilización de este tipo de productos y tratamientos, junto con la obsesión por tener un cuerpo 10, se convierte en muchas personas, en un problema adictivo que escapa a su control, invirtiendo cada vez más cantidad de tiempo y dinero para conseguir el cuerpo que les gustaría tener, ocultando a sus familiares y amigos la cantidad de dinero que se gastan -aunque tengan que pedir préstamos para sufragar los diferentes tratamientos-, no pudiendo dejar de recurrir y/o utilizar los servicios y productos de estética.
Consuelo Tomás Benlloch. Psicóloga y Responsable del Instituto Valenciano de Ludopatía y Adicciones no Tóxicas.
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