La adicción al sexo es una conducta adictiva. Las personas con adicción al sexo tienen su conducta sexual fuera de control y el sexo se convierte en una necesidad persistente y repetitiva, invirtiendo cada vez más tiempo y dinero con la finalidad de incrementar el número de sus actividades y prácticas sexuales, que de no llevarlas a cabo, generan gran irritabilidad y tensión.  En este sentido,  los problemas de la adicción abarcan todas las áreas de vida de una persona (personal, social, familiar, laboral…).

Sin embargo, no siempre la sociedad es consciente de que las personas con adicción al sexo llegan a tener comportamientos sexuales de alto riesgo o autodestructivos en los que el  sexo se convierte en un acto impulsivo, anónimo y repetitivo que más que producir satisfacción, se lleva a cabo para aliviar los estados de tensión «mono» y, por ello, las  relaciones sexuales son poco satisfactorias desvinculadas del amor o ternura y generan graves sentimientos de vergüenza y culpabilidad.

Los problemas de la adicción al sexo son múltiples y acarrean graves consecuencias. En este artículo os comentamos cómo la adicción al sexo, afecta a las áreas personal, de pareja y familiar.

     – En el área personal: si una persona tiene problemas con la adicción al sexo, experimenta sentimientos de culpa y vergüenza, acompañados, entre otros,  de síntomas ansiedad, irritabilidad y baja autoestima.  Por otra parte, su salud también se ve negativamente afectada porque se producen heridas, laceraciones  en su cuerpo, sobre todo, en zonas genitales, por no poder controlar sus impulso sexual. En algunos casos, pueden contagiarse de algún tipo de enfermedad de transmisión sexual por no utilizar o disponer de preservativos y tener la necesidad urgente de mantener relaciones sexuales.

– En el área de pareja: La pareja se siente agobiada por la demanda sexual desmesurada de su cónyuge porque nunca tiene suficiente. En ocasiones, le propone llevar a cabo prácticas sexuales o relaciones sexuales con otras personas.  Todo ello, da origen a múltiples conflictos y discusiones. Por otra parte, las personas con adicción al sexo, puede que mantengan relaciones con otras personas a escondidas de su pareja y cuando su cónyuge se entera de la infidelidad ocasiona desavenencias o separación o divorcio. Otro aspecto, relacionado con el anterior es que se puede contagiar a su pareja de alguna enfermedad de transmisión sexual,  agravando todavía más las dificultades en el seno de la relación de pareja.  Algunas personas se gastan cantidades importantes de dinero para llevar a cabo sus prácticas sexuales (casas de citas, pornografía…), reduciendo el capital que pueden dedicar a cenar con su pareja,  hacerle regalos, comprar artículos necesarios para la casa, etc. aumentando los enfrentamientos y desavenencias.

 – En el área familiar: Las mentiras y conflictos también se extienden al ámbito familiar. Entre otras dificultades, pensemos que se utiliza a la familia para que dejen dinero para cubrir necesidades si se ha gastado en casas de citas, pornografía… Tanto si hay apuros económicos como no, se desatienden las obligaciones y relaciones familiares porque la mente está ocupada en llevar a cabo prácticas sexuales o en consumarlas.  Es frecuente que no se dedique el tiempo adecuado a estar con  la familia,  siendo los hijos uno de los miembros del núcleo familiar, los más afectados.