Dentro de muy pocos días, van a empezar las vacaciones para muchas personas aunque, algunas ya las están disfrutando.
Las vacaciones se anhelan para poder dedicar tiempo a actividades que nos divierten, relajan y/o entretienen y, que el resto del año, no realizamos o tenemos poco tiempo para llevarlas a cabo. Ir a la playa, viajar, quedar con amigos, senderismo, leer, hacer la siesta… hace que nos sintamos bien y que estemos deseando que lleguen estos días de descanso.
Sin embargo, algunas personas son incapaces de desconectarse del trabajo que desempeñan el resto del año porque han desarrollado lo que los profesionales, denominamos, Adicción al Trabajo.
Las personas adictas al trabajo no pueden establecer límites a su desempeño profesional, lo que les lleva a no querer coger vacaciones o, si lo hacen, llevarse el trabajo con ellos. Aunque estén de vacaciones, están pendientes de trabajo, consultando correos, preparando entrevistas u otros menesteres (p.e.: comprar materiales), atendiendo el teléfono… Es más, si es necesario interrumpen estos días de recreo, pese al enfado y conflictos con la familia.
Sin embargo, las personas adictas al trabajo, no entienden que su familiares se enfaden porque continúen trabajando y no comprenden que su esfuerzo no sea valorado por la familia. Pese a los problemas familiares, de su propia salud… las personas adictas al trabajo, en lugar de establecer límites a sus quehaceres laborales y pensar y/o hacer otras actividades, se sienten culpables si no están trabajando y no pueden desconectar y relajarse fuera del horario laboral y/o periodos de espacimiento.
No es un problema de que no quieran a su familia y no quieran estar con sus allegados o, que no quieran disfrutar de otras actividades. Simplemente, es que «no pueden» porque no logran controlar la necesidad de hacer y estar pendientes de su trabajo. Estas personas han desarrollado una adicción y, como tal, precisa de un tratamiento psicológico especializado.
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